*Uno de sus proveedores es una empresa que no opera en su domicilio, y cuya accionista es esposa del actual secretario de Administración del IPN, el cual ha canalizado contratos y recursos a Interacción biomédica, la mayor facturera del sector salud.
Por: TOJIL
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) entregó casi cien millones de pesos en múltiples contratos, la mayoría de ellos sin competencia, a proveedores que pertenecen a una red de 84 compañías irregulares o fantasma, que se han enriquecido con recursos del sector salud pese a no contar con capacidades humanas ni de infraestructura para hacer lo que facturan.
Entre esas empresas se ubica Sistema Empresarial Fibra (SEFIBRA) S.A. de C.V., cuya accionista es Fernanda Valenzuela del Olmo, esposa del secretario de Administración del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Javier Tapia Santoyo. Ambos se encuentran bajo investigación de la Fiscalía General de la República (FGR) por posible enriquecimiento ilícito.
No hay pruebas de que los servicios que la Sedena contrató con estas compañías se llevaron a cabo debido a que los comprobables o, en algunos casos, los contratos completos no aparecen. Así lo reconoció la propia institución al responder a solicitudes de transparencia enviadas para esta investigación.
Todo lo anterior forma parte de los hallazgos que presenta el informe “El Clan Biomédica: negocios, corrupción y complicidades detrás de la mayor empresa fantasma” publicado por TOJIL, y que pone luz sobre la existencia de una red empresarial que por más de una década se ha beneficiado con contratos públicos.
En esa red hay proveedores que han recibido recursos públicos como Interacción Biomédica S.A. de C.V., una empresa declarada oficialmente como fantasma dese 2017, y que por sí sola recibió más de 1 mil 700 millones del erario. Esta, a su vez, se conecta por transferencias, accionistas, apoderados, domicilios o notarios con otras.
Los recursos públicos que han llegado a esta red provienen principalmente de dependencias o instituciones del sector salud, sin embargo, también existe dinero de otras dependencias, y destacadamente de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que le encargó a estas compañías la adquisición de servicios de todo tipo, incluyendo equipos médicos.
La conexión fantasma SEDENA – IPN
TOJIL reportó que en 2019 la Sedena adjudicó un contrato por 4 millones 812 mil 469 pesos a la empresa SEFIBRA. El diario El Universal ya había publicado que se trataba de una compañía posiblemente fantasma, que en ningún momento operó en su domicilio ubicado en el número 13 de la calle Juan Cordero, en la alcaldía Benito Juárez de ciudad de México.
Lo que se revela ahora es que la accionista de esa compañía es Fernanda Valenzuela del Olmo, la esposa de Tapia Santoyo, funcionario que en 2018 – cuando aún laboraba en el ISSSTE – aprobó contratos a Interacción Biomédica pese a que ya estaba declarada como empresa fantasma, y que ahora desde el IPN ha aprobado contratos con otras empresas de este entramado.
No solo eso. El domicilio de SEFIBRA, en el que no funciona empresa alguna, es el mismo que el de Novamedix SA de CV, otra empresa en la que también es socia fundadora Fernanda Valenzuela, y que mensualmente le canaliza recursos a Javier Tapia como este mismo reportó en su declaración patrimonial. Novamedix tiene vínculos a través de gerentes con otras empresas que han recibido dinero del IPN, o que han transferido recursos a Interacción Biomédica.
Es decir, a través de este entramado de conexiones se comprueba que hay nexos entre compañías ligados a la pareja Tapia – Valenzuela, con otras empresas a. las que han transferido recursos públicos, y con la red encabezada por Interacción Biomédica.
Ante la posibilidad de que SEFIBRA sea también una empresa fachada, TOJIL envió una solicitud de información a la Defensa Nacional para verificar el cumplimiento de los servicios que le adjudicó en 2019, entre ellas las actas de entrega – recepción de las obras que se le habrían encomendado.
“Sin embargo, la secretaría respondió que no se localizó expresión documental que atienda a su solicitud. Es decir, el Ejército no cuenta con comprobantes de que dicho contrato se haya cumplido”, indica TOJIL.
La vertiente militar – Biomédica
Además del caso descrito, hay otras dos vías a través de las cuales el Ejército ha enviado recursos públicos que han ingresado a esta red fraudulenta.
La más significativa en cuanto al monto es la de una proveedora de nombre Paulette Kibrit Bucay, cuyos hermanos son accionistas de la empresa KISA Importaciones S.A. de C.V., la cual ha participado en licitaciones con otras compañías de la red y tiene transferencias por más de 23 millones de pesos con Interacción Biomédica, esta última empresa fantasma ya confirmada por el SAT desde 2017.
Kibrit Bucay ha recibido contratos de la Sedena durante diez años, de 2012 a 2022, por un total de 90 millones, 231 mil 373 pesos. Entre otras cosas, les ha vendido alimento para perro, telas, ropa, equipo para vehículos blindados, equipo para las fuerzas especiales del Ejército, herramientas para talleres, medicamentos, accesorios de laboratorio, pintura, herbicidas, productos de madera, musgo y equipo deportivo.
TOJIL envió solicitudes de información vía transparencia a la Defensa Nacional para revisar el cumplimiento de estos contratos. Se requirieron tanto los expedientes, así como las pruebas documentales y de cualquier índole sobre los servicios efectuados. Pero el Ejército no las encontró.
“La Sedena respondió que la información respecto al cumplimiento de dichos contratos es inexistente; es decir, en sus archivos no existe información sobre la entrega-recepción de los bienes adquiridos, fotografías ni respaldo documental alguno que muestre que se recibieron los bienes”, indica el reporte.
El otro caso es el de la empresa GERD YERIK S.A. de C.V. que en 2020 recibió, sin competencia, un contrato por dos millones 502 mil 128 pesos para la dotación de “equipo médico para rehabilitación física audiológica y odontológica”. Sin embargo, nuevamente la Sedena respondió vía transparencia que no encuentra información relacionada con la comprobación de estos servicios prestados.
GERD YERIK es una pieza importante de la red fraudulenta. Primero, porque su apoderado, Luis Román Garduño Villeda, también es representante legal de Interacción Biomédica, la mayor facturera del sector salud. Segundo, porque ha participado en licitaciones con otros proveedores de la misma red como la ya mencionadas KISA Importaciones o SEFIBRA, así como VITASOF S.A. de C.V..
Pero además porque GERD YERIK es la misma compañía que ha recibido más de 22 millones de pesos en contratos desde el IPN en 2022, todos ellos avalados por el ya referido secretario de Administración, Javier Tapia Santoyo, esposo de Fernanda Valenzuela. Ello, nuevamente, conecta el círculo de complicidades en torno al denominado “Clan Biomédica”.
Responsables de la investigación: Miguel Meza, Arturo Ángel, Isaac Martínez, Natalia López, Fernanda Romero.
Redacción de esta nota: Arturo Ángel
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